Entrevista en la radio

Como no me han facilitado aún la grabación de la entrevista que me hicieron en la radio, transcribiré aquí el guión que me dieron con las respuestas que elaboré. De esta manera ya podréis ir leyendo de qué va eso del proceso de duelo:

Introducción del locutor:

La vida es un ciclo que comienza con el nacimiento y acaba con la muerte. Es, como se suele decir, ley de vida, pero no es tan sencillo cuando alguien pierde a un ser querido y debe seguir adelante sin la compañía de aquella persona con la que tantos momentos se compartieron.

Aceptar el hecho de que ese ser querido no volverá es algo muy difícil para muchas personas. Quizás ha sido partiendo de este hecho por el que las religiones intentan averiguar qué ocurre cuando el alma abandona el cuerpo. Algunos dogmas creen que se reencarnará; otros, no obstante, que esa persona fallecida nos observa y nos espera en algún lugar llamado paraíso.

Quizás la tarea más dura que debe vivir la persona que ha perdido ese ser es la aceptación y la adaptación a lo que significa vivir sin ella.

Es este punto el que queremos analizar en este tiempo de radio, y ya no solamente explorar los sentimientos de alguien que ha sufriddo una pérdida, sino también a la adaptación de cambios que la vida nos presenta en general.

Para todo ello hablamos con Ana Hernández Huet, diplomada en Trabajo Social por la Fundació Pere Tarrés de la Universitat Ramón Llull de Barcelona, además de experta en procesos de duelo y cambio.

Bienvenida Ana.

PREGUNTAS

1.- Ana, para entender lo que una persona siente cuando pierde a un ser querido, cuéntanos, ¿Cuáles son las fases que, según Elisabeth Kübler Ross sigue esa persona con duelo?

La primera es la NEGACIÓN, que consiste en incredulidad, negación de la circunstancia, imposiblidad de asumir esa nueva realidad. Puede ir acompañada de un shock, especialmente cuando es una muerte inesperada y repentina. Nuestra mente es incapaz de asimilar esa información y simplemente la rechaza. Pueden haber sensaciones físicas de mareo, de flojeo de las piernas, de total irrealidad.

La segunda es la IRA, rabia, enfado por eso que nos ha tocado vivir. Hay un sentimiento de injusticia y se suele repetir obsesivamente la pregunta: ¿Por qué a mí? Los demás siguen sus vidas y para mí todo se ha paralizado. Hay que tener en cuenta que la rabia es una emoción humana que no solemos permitirnos expresar por ser mal vista y que casi siempre reprimimos. En realidad es algo tan humano y natural como la tristeza o la alegría.

La tercera es la NEGOCIACIÓN. Se establece un diálogo que puede ser interno con uno mismo, con los médicos, en caso de enfermedad, con alguna divinidad cuando se es creyente e incluso con la persona fallecida en caso de muerte, intentando ofrecer algo a cambio de lo que se desea.

La cuarta es la DEPRESIÓN. Es un momento de interiorización, de integración del cambio o pérdida; tristeza profunda, desconexión del mundo exterior. Es importante diferenciar entre la depresión patológica y la depresión por un proceso de duelo, que es, no sólo natural, sino tambié necesaria para elaborar un buen proceso.

La quinta es la ACEPTACIÓN, el objetivo a conseguir. Es la entrega a la situación, con ánimos de seguir adelante sin la persona, situación u objeto deseado. Es diferente de la resignación, que conlleva rabia y enfado reprimidos.

2. ¿Cuáles son los factores que dificultan un proceso de duelo adecuado?

Son múltiples y variados, en función de cada persona y circunstancia. Podemos nombrar algunos:

  • Búsqueda de seguridad y estabilidad duraderas en todos los ámbitos, huyendo de los cambios y atemorizados ante las pérdidas
  • Ensalzamiento de la belleza, la juventud y la seguridad como valores primordiales, queriendo olvidar otros atributos de la esencia humana como la enfermedad, la vejez y la muerte
  • Evitar el tránsito por el dolor
  • Entorno que dificulta la expresión de emociones
  • Complot del silencio en torno a la pérdida
  • Falta de apoyo emocional
  • Dificultad en enfrentarse a la realidad de la pérdida o del cambio
  • Factores paralelos que dificultan el proceso: otras pérdidas recientes, falta de trabajo o de dinero, enfermedad, etc.
  • Vivir de espaldas a la muerte, negándola como si no existiera.

No olvidemos que es la más universal de las leyes: el 100% de los seres vivos, mueren.

3. ¿Cómo puede ayudar a una persona acudir a terapia en este tipo de procesos?

Ante todo sintiéndose acompañada y aceptada en su dolor. Por muy buena voluntad que pongan los amigos y familiares, lo habitual es que intenten distraernos el dolor y ese es justamente el gran error. La consecuencia es que la persona en duelo se siente aislada e incomprendida, a veces culpable por estar triste y hacer sufrir a su entorno y disimula sus emociones ante los demás. Una posible consecuencia es que acabe por bloquear sus emociones y pueda derivar en un duelo patológico, más largo y más dificultoso que el normal.

La terapia servirá para:

  • Realizar un buen proceso de duelo para una vida sana y equilibrada
  • Adaptación y aceptación de la nueva situación
  • Resolver duelos patológicos
  • Evitar desarrollar un duelo patológico que bloqueará ciertos aspectos de nuestra vida
  • Evitar posibles enfermedades derivadas del duelo patológico
  • Expresión de emociones en un espacio seguro
  • Acompañamiento en el dolor
  • Lograr una visión diferente sobre el significado de los cambios y las pérdidas
  • Proceso de auto-conocimiento

4. La vida no solamente nos reta en la pérdida de un ser querido: también nos presenta otros tipos de cambios a los que puede que no estemos acostumbrados y nos cueste aceptar, como cambios de residencia, de país, de trabajo.....¿Realmente los cambios siempre son para mejor?

Pueden no serlo, depende de la actitud que tomemos ante ese cambio. Aferrarnos al pasado sólo nos va a producir sufrimiento, ya que es la no aceptación de la realidad. Aquello que era ya no es y por mucho que nos empeñemos en lo contrario, seguirá siendo así. De ahí la necesidad de adaptación al cambio. Solemos querer seguridad, que todo sea siempre igual cuando hemos alcanzado una cierta estabilidad y eso, a menudo, no depende de nosotros. No es cuestión de negar el dolor que nos produce el cambio, sino de vivirlo, sentirlo, integrarlo, aceptarlo, porque sólo desde esa aceptación el dolor se irá disipando y podremos ver que hay otras maneras de vivir que pueden ser tan o más satisfactorias que la anterior.

5. ¿Cómo puede alguien decidirse a dar el paso para aceptar el proceso de cambio?

Dándose cuenta de que está sufriendo, de que no está satisfecho con su vida, de que no acepta lo que le está ocurriendo y sabiendo que existen profesionales que le pueden ayudar en ese proceso de cambio, en ese camino que le ha tocado vivir.

6. ¿Cómo pueden ponerse en contacto contigo?

duelocompartido@gmail.com

En el portal de terapias naturales Esencialia: http://anahhuet.esencialia.com/

Al teléfono: 649 54 20 69

Comentarios

Viguetana ha dicho que…
Molt interessant, Ana.
A mida que llegia, anava fent un repàs mental i he reconegut totes les fases en diversos moments i situacions de la meva vida.
Vaig patir depressió durant un temps per no haver estat capaç d'expressar la ràbia que sentia.
Per sort, he après a fer-ho. I ara, quan em sento trista, perduda, enutjada o el que sigui, ho manifesto i ja està.
Ha de ser molt bonica la teva professió.
Petons
A través del velo ha dicho que…
Ester, la ràbia sen's menjar per dintre, és una emoció més del ésser humà, però ens han educat de manera a que creiem que és dolenta. A vegades costa adonar-nos de que en tenim. La depressió és per mi, explicada de forma coloquial, la diferència entre les expectatives i la realitat. A més distància entre unes i l'altre, major tristesa i patiment que pot acabar en una depressió.
La meva professió m'agrada molt!!
Petons

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