Reconocer el miedo

Reconocer el miedo no es causa de depresión ni de desánimo.

Porque poseemos el miedo, tenemos también potencialmente derecho a la vivencia de la intrepidez.

La verdadera intrepidez no consiste en reducir el miedo sino en trascenderlo.


La cobardía es pues el intento de vivir nuestra vida como si no existiera la muerte.


Descubrir la intrepidez es trabajar con la vulnerabilidad del corazón humano.

Si uno no siente tristeza de todo corazón, la valentía es tan frágil como una taza de porcelana.

Pero la valentía del guerrero es como un cuenco de madera cubierto con capas de laca; es blando y duro a la vez.

Uno comienza a darse cuenta de que tiene perfecto derecho a estar en este universo, a ser como es y no tiene que disculparse por haber nacido en esta tierra.

A esto se le llama el Sol del Gran Este.

El Sol de la Dignidad Humana.

La Celebración de la Vida.


Chogyam Trungpa

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