Los duelos del día a día

Este sábado pasado día 21 de Marzo, con el inicio de la primavera, iniciamos también el curso "Como acompañar en situaciones de crisis". Hubo nervios e incertidumbre hasta el último momento.

¿Qué hubiera pasado si finalmente las personas que se habían inscrito no hubieran aparecido? 
Durante unos minutos, Ferran y yo tocamos esa posibilidad. Frustración. Me di cuenta de como me escapo de la tristeza y el dolor que me produce la frustración, anticipándome, buscando soluciones, yéndome a la planificación y a la estrategia.

En este curso puede ocurrir que los participantes descubran cuáles son sus mecanismos neuróticos para escaparse de las emociones desagradables, del dolor, de la tristeza, de la rabia, de la frustración.  

Ferran comentó que había escuchado un programa de radio en el cual un invitado dijo que el éxito es la capacidad de asumir las pérdidas, los fracasos, las frustraciones. No tienen porqué ser siempre de grandes magnitudes, sino también pequeñas cosas del día a día. Nosotros, como terapeutas, la tocamos a menudo cuando un paciente no se presenta sin avisar, por ejemplo. Unas vacaciones planeadas que no puedo hacer, un amigo que no responde como yo esperaba, una gripe que me impide realizar mis planes, una discusión con un ser querido, la pérdida de ese objeto que me gustaba tanto.... si observamos atentamente nos daremos cuenta de que nuestro día a día está plagado de pequeñas circunstancias que nos causan frustración.

La terapia, sea individual o en grupo, ayuda a descubrir cómo nos escapamos del dolor. Y si nos escapamos, no lo transitamos y si no lo transitamos, no hacemos el proceso de duelo y si no lo hacemos, no asumimos y aceptamos esa pérdida. El proceso de duelo es una reacción natural en el ser humano ante cualquier pérdida o frustración. Se desarrollará de forma más o menos intensa en función de la calidad de esa pérdida.

Si aprendemos a descubrir cuál es el mecanismo por el cual nos escapamos de la frustración, de la tristeza, del dolor, podremos pillarnos cuando ocurra y refrenar la tendencia. Dejándome estar en lo que hay en mí en ese instante puedo transitarlo y trascenderlo. 

En otra intervención Ferran dijo que la Gestalt trabaja con la filosofía de lo obvio, con lo que hay, con la realidad. Desde la constatación de lo obvio que está pasando en mí puedo pasar por ello y llegar a la aceptación y por lo tanto al éxito, entendido no como ser famoso o ganar mucho dinero, sino como la satisfacción personal, el disfrute de la vida con todos sus componentes, la libertad de elegir como quiero vivir esa vida, la buena relación conmigo mismo y con los demás. 

Y eso se puede conseguir aceptando las pequeñas frustraciones y pérdidas que ocurren diariamente. Nos ayudará para cuando lleguen de mayores.

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