Queréis saber el secreto de la muerte ¿Pero cómo habéis de encontrarla a menos que la busquéis en el corazón de la vida? El mochuelo, cuyos ojos atados a la noche son ciegos en el día, no puede descubrir el misterio de la luz. Si queréis, en verdad, contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también. En el arcano de vuestras esperanzas y anhelos descansa vuestro conocimiento silencioso del más allá. Y, como las semillas durmiendo bajo la nieve, vuestro corazón sueña con la primavera. Confiad en los sueños porque en ellos el camino a la eternidad está oculto. Vuestro temor no es más que el estremecimiento del pastor cuando está en pie frente al rey, cuya mano va a ponerse sobre él como un honor. ¿No está, tal vez, contento el pastor, bajo su temor, de llevar la marca del rey? ¿No le hace eso, sin embargo, más consciente de su temblor? Porque, ¿qué es morir sino erg...
Nacer es empezar a morir; la muerte es el destino de todo ser vivo. Es lo único que sabemos con certeza que nos ocurrirá algún día. El resto de nuestra vida es una incógnita que se va desvelando a medida que ocurre, en el transcurrir de los días. Sin embargo, es el tema más tabú de nuestra sociedad occidental. Parece que hablar de la muerte es un mal presagio, que la vamos a atraer antes de hora si lo hacemos, que es de mal gusto, macabro. No es una cuestión de gustos. La muerte, simplemente, ES. Forma parte de la vida, va incluida en el abono que adquirimos al nacer. Es la otra cara de la moneda de la vida. Una no existiría sin la otra. A lo largo de nuestra vida experimentamos cambios, algunos voluntarios, como casarnos, tener hijos, cambiar de casa o de trabajo, de país, de pareja. Otros son involuntarios: nacer, crecer, envejecer, un divorcio no deseado, la pérdida de un ser querido. Todos ellos suponen un tipo de pérdida, una forma de morir a algo para renacer a otra cosa diferent...
Creo sinceramente que necesitamos acercarnos a la muerte mientras estamos en vida. También creo que todo el que lo necesite tiene que tener acceso a ayuda, si así lo siente. Creo que el duelo compartido es más llevadero. El proceso, el camino, se hace más ligero y, probablemente más rápido. Por estas razones y muchas más, he decidido ponerme manos a la obra y ofrecer terapia de duelo en grupo, asequible para todos los bolsillos. Si estás en un proceso de duelo por una pérdida importante en tu vida Si tienes una enfermedad crónica o terminal Si tienes a alguna persona querida enferma crónica o terminal te ofrezco reunirnos una vez por semana con personas que están pasando por lo mismo o algo similar. No es un grupo de ayuda mutua, sino un grupo terapéutico, moderado por mí: Ana H. Huet Terapeuta gestáltica y corporal Especializada en procesos de duelo Terapeuta de Flores de Bach Maestra de Reiki Trabajadora Social A medida que me contactéis, definiremos el día y la hora del encuentro. L...
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